Hemos estado esperando ansiosamente hasta que finalmente hemos podido hablar de nuevo con la valiente pareja, Mireia y Alex. Todavía siguen disfrutando de México, un país con muchos rincones bonitos que visitar con sus bicis todo lo que les sea posible. ¡No somos nosotros los que dicen, son ellos! Aquí os dejamos su historia:
¿Dónde lo habíamos dejado la última vez? ¡Ah, sí! en el tortugario en Mayto. Una vez que llegaron al tortugario, la gente que trabaja allí, les convenció para alojarse con ellos durante una semana. Como las vistas eran magníficas, la playa era virgen y la gente agradable decidieron quedarse hasta el domingo, un total de 5 días, ayudando como voluntarios a cambio de un lugar para dormir. El primer día ya vieron alrededor de unas 160 tortugas nacer y ser liberadas en el mar. El resto de los días ayudaban en limpieza del lugar, la cocina,... y por la noche iban por turnos en búsqueda de las tortugas y sus huevos para ponerlos en un nuevo nido simulando el nido que las tortugas hacen. Cuentan que esto fue una de las más increíble y hermosa experiencia que han tenido nunca, y que pudieron aprender mucho sobre los animales, ya que trabajaban mano a mano con biólogos. También disfrutaron de la playa, la arena casi blanquecina y de los lugareños.
¿Dónde lo habíamos dejado la última vez? ¡Ah, sí! en el tortugario en Mayto. Una vez que llegaron al tortugario, la gente que trabaja allí, les convenció para alojarse con ellos durante una semana. Como las vistas eran magníficas, la playa era virgen y la gente agradable decidieron quedarse hasta el domingo, un total de 5 días, ayudando como voluntarios a cambio de un lugar para dormir. El primer día ya vieron alrededor de unas 160 tortugas nacer y ser liberadas en el mar. El resto de los días ayudaban en limpieza del lugar, la cocina,... y por la noche iban por turnos en búsqueda de las tortugas y sus huevos para ponerlos en un nuevo nido simulando el nido que las tortugas hacen. Cuentan que esto fue una de las más increíble y hermosa experiencia que han tenido nunca, y que pudieron aprender mucho sobre los animales, ya que trabajaban mano a mano con biólogos. También disfrutaron de la playa, la arena casi blanquecina y de los lugareños.
Al final de los 5 días, apenados, continuaron su viaje. El siguiente paso fueron los pueblos coloniales, todos ellos muy hermosos y con mucho encanto. Visitaron Guadalajara, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, San Miguel de Allende, Pátzcuaro, Morelia, Metepec y Ciudad de México.
Todos
estos pueblos son increíbles pero los que más les gustaron fueron:
Guadalajara debido a los hermosos edificios, y porque se podía hacer un
montón de actividades, tal vez porque es una ciudad muy grande. Zacatecas, un pueblo minero, dónde tuvieron la suerte de presenciar una obra de teatro en la
calle. Guanajuato, es un pueblo que tiene una gran cantidad de túneles subterráneos y edificios hermosos. Llegaron en el momento preciso, en el Festival Cervantino, así que tuvieron una gran estancia con mucho ambiente. San Miguel de Allende es una ciudad con mucho encanto y muy bien cuidada, con mucho turismo. Pátzcuaro, aunque el pueblo no les resulto tan hermoso, les encanto el volcán Paricutín,
que cuando estaba en erupción sepultó dos aldeas de las cuales sólo se
puede ver parte de una iglesia. Ciudad de México, dónde
disfrutaron mucho. Visitaron
el centro turístico y los alrededores, y hasta fueron a ver lucha
libre, con entrada gratuita si ibas disfrazado. Y por fin, también pudieron utilizar sus bicis plegables Montague.
¡México en bicicleta ha sido todo una destreza! En primer lugar, querían ir a un parque muy grande, pero era demasiado grande como para recorrerlo a pie. Desplegaron las bicicletas y se fueron rumbo al parque. El camino era muy peligroso, ya que los coches no están muy acostumbrados a las bicis; sin embargo, llegaron sin ningún problema. Fueron en bicicleta durante unas cuantas horas visitando todos los rincones que el parque les podía ofrecer: fuentes, un castillo, el bosque, los lagos,... después de un buen día de deporte, decidieron ir a visitar las pirámides de Teotihuacan. Aprendieron de las pirámides y disfrutaron mucho de todo el día.
En su camino de regreso a Metepec, dónde se hospedaban con unos amigos, la policía les detuvo por primera vez en todo su viaje. Les habían comentado que la policía en México es muy corrupta, pero quisieron darles un voto de confianza. Esta les dijo que no podían conducir en la ciudad de México, les pidieron el carnet de conducir y les dijeron que tenían que pagar una gran multa de
1.800 pesos (unos 100 Euros), y que además, su coche tendría que quedarse en el garaje de
la policía durante toda una noche; Mireia y Alex les pidieron más información sobre el porqué de la sanción. Sin embargo, la policía tuvo muchas dificultades para explicárselo... y terminaron por rebajarles la multa a 1.000
pesos (60 Euros) si la pagaban en el momento, a lo que Alex respondió que preferían pagar la totalidad de multa que debían pagar según la ley a pagarles cualquier cantidad de dinero que ellos quisieran en ese momento. Finalmente, la policía les pidió que les siguieran a la comisaría, donde el coche debe permanecer durante 1 día. Les siguieron con un poco de miedo. Una vez allá, la policía pidió a otros colegas que les fueran a ayudar. Cuando el resto de policías llegó, les explicaron la situación de nuevo, e incluso el comisario, les pidió dinero de nuevo para poder liberarse del papeleo, sin ninguna multa de por medio. Alex, mientras tanto, había estado haciendo fotos de la policía para tener alguna prueba de su identidad. Al final, la policía decidió liberarles sin tener que pagar ninguna multa, simplemente con la condición de que eliminaran las fotos que Alex había hecho de los dos policías. Se puede decir que esta mala experiencia, ¡tuvo un final feliz!
Este ha sido todo su recorrido hasta el momento. ¡Seguiremos actualizándoles con sus próximas andanzas!
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