La peor
parte se la ha llevado mi bici. Aunque las carreteras y las aceras las
limpian de nieve y hielo muy rápidamente (deben estar muy acostumbrados a
este tipo de inviernos, cosa que yo no), el viernes pasado, sobre las
8.40am, minuto arriba, minuto abajo, cuando salí de casa para ir a
trabajar, la carretera seguía totalmente cubierta de nieve.
Me
pensé mucho si subir la bici a casa e irme caminado, pero al final me
decidí a probar con la bici, para vivir la experiencia y porque sino
llegaría tarde a trabajar. Al principio tuve que ir muy despacio para no
resbalarme y caerme, hasta que llegué a la Cambridge St., la calle
principal, que ya estaba totalmente limpia. ¡Qué alegría! Parecía que la
carretera no tenía nada que ver con el paisaje que tenia a mi alrededor
con la nieve aposentada en los árboles y en los tejados de las casas. Creo
que me mereció la pena ir en bici a la empresa y haber probado el andar
en bici por la nieve. ¡Fue muy divertido y encima llegué pronto a la
oficina!
¡menuda nevada!
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